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Niños envueltos – Receta

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Luego de que muchos de ustedes me pidieran la receta de los “Niños envueltos” que compartí en mis stories de Instagram, decidí dejarla escrita por aquí así pueden hacerla.
Esta receta es muy fácil de hacer y es un plato muy completo y reconfortante.

Debo aclarar que lo hice “a ojo” porque no me esperaba que quisieran tener la receta (lo cual es un honor), también, como siempre les digo, si no tienen alguna especia, pueden reemplazarla u omitirla, también pueden usar carne de cerdo, pollo o la que gusten, al ser carne picada, cualquiera que elijan deberá estar bien cocida.

Ahora si, vamos a la receta, que con estas cantidades aproximadas me salieron 3 porciones (6 unidades bien gorditas)…2 porciones si son de comer un poco más, pero son bien contundentes.

Ingredientes

  • 6 hojas grandes de repollo blanco (o 12 chicas)
  • 1 cebolla grande
  • 5 dientes de ajo
  • 500gr carne picada
  • 1 pocillo (de café) de Cous Cous*
  • c/n ciboulette (o parte verde de cebolla de  verdeo/ajo tierno/cambray)
  • c/n sal fina
  • c/n aceite de oliva (o la que gusten)
  • 1 lata de puré de tomate/tomate frito
  • 2 hojas laurel
  • c/n pimienta negra recién molida
  • 1,5 cdita de comino molido
  • 0,5 cdita especias para pasteleria*

PROCEDIMIENTO:

  1. Separar las hojas necesarias del repollo, cortando lo más cerca posible de la base, con mucho cuidado para que no se rompan. Cuanto más grande sea la hoja mejor.
  2. En una olla poner agua a hervir con una pizca de sal. Una vez que esté hirviendo, colocar las hojas de repollo y cocinar unos dos o tres minutos hasta que estén tiernas. Retirar y dejar enfriar.
  3. En otra ollita poner a hervir un pocillo de agua, una vez que hierva, apagar el fuego y agregar el cous cous de una sola vez. Tapar y dejar hidratar 10 minutos.
  4. En una sartén con un chorrito de aceite cocinar la cebolla y el ajo picados con una pizca de sal hasta que estén transparentes y un poco dorados. Retirar (reservando dos cucharadas para la salsa).
  5. Para la salsa, poner las dos cucharadas de cebolla y ajo reservadas anteriormente junto con el tomate, el laurel, sal y pimienta negra. Cocinar a fuego bajo algunos minutos con un poquito de agua (si el tomate es muy ácido, cocinar unos minutos más). Reservar.
  6. En un bol mezclar el cous cous, la carne, la cebolla con el ajo, ciboulette picado y condimentar con sal, comino y la mezcla de especias. Integrar bien todos los ingredientes sin sobre amasar.
  7. Hacer 6 bollos alargados (el mismo formato de una croqueta española pero más grandes obviamente) y hacer paquetitos envolviéndolos en las hojas de repollo. Si las hojas son chicas, usarlas dobles y si el tallo es muy grueso, cortarle por atrás una “capa” para que quede más fino y maleable.
  8. En una fuente para horno colocar una base de salsa, los rollitos por encima y cubrirlos con más salsa.
  9. Precalentar el horno a 190/200ºC y cocinar los niños envueltos unos 20 minutos (+ de 68ºC temperatura corazón) hasta que estén bien cocidos.
  10. Servir con un poco más de ciboulette picado y a comer!.

             

*En caso de no tener cous cous, una amiga a quien le compartí la receta lo reemplazó por arroz y dice que quedaron muy buenos. También se me ocurre como otra variante usar quinoa. Usen lo que usen, hay que cocinarlo antes.

*Respecto a las especias de pastelería, yo tenía una mezcla que hice para una carrot cake que mas o menos era esta: cada 3 cucharaditas de canela agregué 3 unidades de cardamomo verde, 1 estrella de anís, 2 clavos de olor.

 

Curry

Curry https://maggierovella.com/wp-content/uploads/2021/07/port-1.jpg 722 1083 Maggie Rovella Maggie Rovella //maggierovella.com/wp-content/uploads/2021/07/logo2.png

Tips para hacer curry en casa

Curry es una palabra británica a la cual podemos encontrar con distintos significados: mezcla de especias secas, variedad de estofado, de guiso, etc. Y hay un poco de cierto en cada una de las definiciones, aunque ninguna es realmente exacta.
Curry proviene del vocablo KARI, utilizado en India para referirse al “árbol de curry”, que poco tiene que ver con lo que conocemos en el mundo occidental. Sin embargo este tipo de plato y su denominación se ha globalizado y podría decirse que es posible encontrar “curries” en todas partes del mundo, por lo que vamos a empezar a definirlo como un plato en su totalidad y a la mezcla de especias como parte de ese plato, ya que no toda mezcla de especias se denomina de la misma forma, ni es tratada de la misma manera.

En India por ejemplo, llaman MASALA a la mezcla de especias, y hay tanta cantidad de masalas como de platos a lo largo y a lo ancho de todo el país, encontrando por ejemplo al mundialmente conocido “GARAM MASALA”, pero hay una incontable variedad y estas mezclas son solo una parte (tal vez la más importante) de cada curry y suele ser la base por la que se comienza el proceso de cocción. Pero como mencionamos anteriormente, hay curries por todo Asia, podemos hallar curry en Asia del este, en todo el sudeste asiático. En Tailandia por ejemplo se le llama GAENG a este tipo de preparaciones, que si bien su traducción literal es SOPA, también se usa para denominar a nuestro plato estrella.


Entonces:
– El curry es un plato que está hecho principalmente a base de especias y vegetales que se suele servir en forma de salsa espesa o sopa junto con otros vegetales y carnes y comúnmente se acompaña con un bol de arroz.
– El método de cocción puede relacionarse con el de un guiso, ya que se comienza a cocinar en un medio graso al estilo de un sofrito y terminarse con un medio líquido que suele ser por ejemplo caldo, agua o leche de coco.
– En casi todos los curries se puede degustar un balance perfecto entre los sabores salado, dulce, ácido y picante.
Si bien el nivel de picor va a variar dependiendo de las regiones y países, es casi inevitable encontrar picante dentro de un curry, y esto se proporciona mediante el uso de chiles secos o frescos, verdes o maduros.
Se suele utilizar miel, azúcares o leche de coco para darles dulzor.
Para aportar acidez se usa por ejemplo lima, tamarindo o pickles como acompañantes.
Y por último, pero no menos importante, los sabores terminan de equilibrarse con el uso de la sal y otros condimentos como la pasta de camarón, la salsa de pescado o la salsa de soja que tienen un alto contenido de sodio.
Si bien en este artículo no vamos a dedicarnos a detallar la receta de un curry determinado, me gustaría compartirles algunas cuestiones básicas para que se animen a entrar en un universo, que ya verán, puede llegar a ser infinito y solo depende de nosotros.
La clave es investigar diferentes recetas de distintos países y ver cuales nos resultan más tentadoras, probar algunas y en base a ellas empezar a crear las nuestras, armar distintas mezclas de especias y combinaciones de vegetales. Por ejemplo, mis curries favoritos son los de India y los de Tailandia, aunque por una cuestión de facilidad para conseguir la materia prima, si puedo tomarme la libertad de darles un consejo, sugiero que empiecen con algún curry de estilo indio. También es importante que investiguen donde conseguir especias de calidad, en lo posible enteras y molerlas en casa si tienen esa posibilidad, puede ser en un mortero o molinillo de café (ya hablaremos de las especias en otro momento).
Como les decía, el curry indio, aun con su complejidad increible de sabores, suele ser un poco más accesible en caso de no tener mercados asiáticos cerca, quizá lo más complejo de conseguir serán las especias, que con un poco de ingenio, para empezar, podemos ir adaptándonos a lo que esté disponible en el mercado, o incluso podemos comenzar utilizando mezclas de especias listas (Garam Masala listo por ejemplo), aunque realmente recomiendo que este sea un último recurso, ya que las especias pueden llevar molidas demasiado tiempo, y generalmente no podemos saber la proporción de cada especia dentro de la mezcla.

Si todavía no te animé a decidirte, voy a compartirte una base que suelo usar mucho a la hora de hacer curries en casa, si bien tiene algunos pasos, es muy fácil y una vez hecha podemos combinarla con la carne o la verdura que querramos.

Cómo hacer una base para curry:

• Elegir una mezcla de especias (por ejemplo: comino, canela, coriandro, laurel, cardamomo y cúrcuma).
• En la licuadora hacer una pasta de ajo, jengibre y si se animan, un poco de chile picante. La proporción será 1 parte de ajo por ½ de jengibre y chile al gusto con un poco de aceite neutro. Yo uso unos 2,5 dientes de ajo por persona.
• Seleccionar un vegetal que nos guste (unos 200gr por persona), por ejemplo calabaza y hervir sin sal hasta que esté tierna. Una vez fría, licuar (en este momento se puede agregar algún fruto seco como maní o castañas de cajú)
•En una olla que empieza a calentar, poner un poquito de aceite neutro o manteca y tostar ligeramente las especias, luego agregar la pasta de ajo y cocinar hasta que se empiece a separar del aceite, como si se cortara la preparación y en este punto vamos a añadir el vegetal que hemos hervido anteriormente.
•Por último condimentar con sal, si se quiere un poco de miel o azúcar y cocinar a fuego bajo unos 30 minutos. También se le puede agregar crema de leche o leche de coco al final de la cocción.
•Una vez lista se le puede integrar por ejemplo cubos de papa y coliflor hervidos o al horno, cualquier tipo de carne en cubos y cocinarla ahí mismo, guisantes o lo que gustes. Esta vez es TU receta, yo solo te ayudo con la dinámica a seguir.
Para terminar, solo me queda volver a invitarlos a que cocinen y coman su propio curry, que además de ser un plato super nutritivo, nos brinda variantes infinitas y la posibilidad de adaptarlo a cualquier tipo de comensal pudiendo ser desde un plato carnívoro, a uno vegano, sin lactosa, bajo en calorías, etc.
Espero que se animen y me cuenten como les fue!

Sriracha

Sriracha https://maggierovella.com/wp-content/uploads/2021/06/blog1a.jpg 922 1382 Maggie Rovella Maggie Rovella //maggierovella.com/wp-content/uploads/2021/07/logo2.png

La sriracha es una salsa picante tailandesa muy conocida en todo el mundo ¡Y mi favorita! Aunque en general solo conocemos su versión industrial.

Esta salsa es originaria del municipio de Si Racha, que se encuentra a unos 120km de Bangkok, la capital del país. Está hecha a base de pimientos picantes y ajo fermentados y voy a enseñarte a hacerla en dos versiones, que en verdad una es la continuación de la otra, ya que podemos fermentarla y consumirla preservando todos sus microorganismos vivos (no te asustes, las bacterias producidas mediante la fermentación son muy beneficiosas para nuestro organismo, y a nivel organoléptico generan resultados maravillosos en los alimentos), o podemos pasteurizarla para conservarla muchísimo más tiempo, es decir, cocinarla.

En lo personal, me gusta más consumirla sin pasteurizar, pero lo cierto es que en mi casa se come sriracha hasta con el desayuno, nos gusta mucho el picante y tenemos una buena tolerancia, por lo que un frasco de medio kilo de salsa no dura demasiado, y si bien la he conservado hasta tres meses en la heladera, hay que tener en cuenta que a pesar de que las bajas temperaturas relentizan la reproducción bacteriana, la fermentación sigue generándose lentamente, por lo que con el correr del tiempo nuestra sriracha va a ir cambiando su sabor progresivamente. Esto no significa que se vuelva un problema para nuestra salud, ya que por un lado utilizamos una buena cantidad de sal y azúcar, lo que baja la actividad de agua en nuestra salsa y no deja agua disponible para las bacterias que producen enfermedades, y por otro lado, mediante la fermentación se van a reproducir bacterias  que SI queremos, que van a hacer de la sriracha un medio con un pH cada vez más bajo (o sea más acido) y además van a competir con las bacterias que no queremos para que no puedan reproducirse. Así que ahora que lo sabes, queda en tus manos que camino tomar.

Otro dato interesante es que si bien los tailandeses usan un tipo de ají específico (que en inglés en los mercados de Tailandia pueden conseguirlos como long chili o banana chili), podemos hacer “sriracha” con cualquier tipo de ají fresco que queramos, por ejemplo, con jalapeño verde queda DELICIOSA.  Sí, claro está que no vamos a estar haciendo sriracha propiamente dicha, pero podemos usar la misma técnica y receta para generar distintas salsas en base a nuestros gustos y a las posibilidades que cada uno tenga de conseguir la materia prima.

Dicho todo esto, vamos a la receta (las cantidades pueden adaptarse a mayor o menor cantidad), pero antes debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
*Si quisiéramos bajar el nivel de picor de la salsa, antes de picar los pimientos los cortamos a la mitad a lo largo y les retiramos las semillas con una cuchara pequeña.
*Siempre que manipulemos pimientos picantes es ideal el uso de guantes para evitar posibles reacciones desagradables y alergias en la piel.

Ingredientes para la primera etapa:

•1kg de pimientos picantes frescos
•1 cabeza de ajo (10/11 dientes)
•100gr azúcar (si es orgánica mejor)
•70gr sal marina

1- Picamos los pimientos y el ajo, los mezclamos muy bien con la sal y el azúcar y los dejamos reposar unas dos horas.

2-  Una vez pasado este tiempo los procesamos y los colocamos en un contenedor preferentemente de vidrio (nunca NUNCA de metal), los tapamos con un film en contacto y luego con la tapa.

3- Vamos a dejar que los pimientos fermenten en el frasco a temperatura ambiente durante unos 15 a 20 dias, destapando el frasco unos segundos una vez por día o día por medio si no hace mucho calor.
*Como guía es válido usar banditas para medir el pH aunque no sean 100% exactas, una vez que esté entre 3 y 4 está lista, pero no son ultra necesarias.

Hasta ahora tenemos nuestro fermento hecho, podemos mantenerlo dentro de un contenedor esterilizado en la heladera  y consumirlo así como está dentro de los 3 meses posteriores a su realización o ir a la segunda etapa, que implica pasteurizar la sriracha y volverla mucho más duradera.

Ingredientes para la pasteurización:

•100gr azúcar
•400cc vinagre de manzana
•0,5 cucharadita de xantana (opcional)

4- Colocamos la salsa en una olla junto con el azúcar y el vinagre a fuego medio hasta que hierva, dejamos hervir dos minutos y retiramos del fuego.
5- En este punto podemos colarla para retirarle todas las semillas y la piel de los pimientos (esto no es obligatorio, es solo para que sea una salsa bien lisa) y colocarla en un frasco esterilizado.
6- Si quisiéramos que la salsa tenga aspecto y textura similar a la que se produce de manera industrial y que además con el correr de los días no se disocien los sólidos del líquido, podemos dejarla enfriar y volver a procesarla junto con la xantana y luego de esto sí, nuestra sriracha esta lista!.

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